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Más de 150 estudiantes visitaron la semana pasada, el Bosque Mediterráneo, para conocer su potencial

martes 18 mayo 2021 | Educación

Tras los días más duros de la crisis sanitaria y las restricciones derivadas de la pandemia, el Bosque Mediterráneo de Albal ha vuelto a abrir sus puertas como centro de divulgación y conservación medioambiental. Como ya anunciara hace unas semanas el Ayuntamiento que preside Ramón Marí, este pulmón verde va a recibir una inyección presupuestaria de 30.000 euros para modernizar sus aulas y rehabilitar su entorno paisajístico.
El Bosque Mediterráneo tiene una superficie de 30.000 metros cuadrados, pero tal y como explica su alcalde, “no es un parque para el ocio, sino que se concibe como un espacio sostenible que sirva a los vecinos y vecinas de Albal y de la comarca, como centro para el conocimiento ecológico y el contacto directo con la naturaleza”. La joya verde más preciada del municipio de l’Horta Sud, puede visitarse en horarios reducidos- de lunes a miércoles entre las 8.30 y las 13.30 horas- “hemos querido proteger el paraje, cuyo potencial medioambiental es infinito, pero vamos a ampliar su uso y apertura, un proyecto que liderará el concejal de Sostenibilidad y Cambio Climático, José Arias”, matiza el primer edil.

El IES desarrolla una práctica ecológica en el Bosque

En los últimos siete días, más de 150 estudiantes han visitado el paraje natural, un centenar del colegio San Clemente de Sedaví y este pasado jueves lo hicieron otros 50 estudiantes de 1ºESO del IES albalense. El alumnado foráneo realizó la visita acompañados por sus profesoras de Biología Paqui Hervás, Julia Rodrigo y Carmen Berbegall. Bajo el nombre “Itinerario didáctico, Bosque Mediterráneo”, los jóvenes desarrollaron una práctica donde identificaron las plantas y animales que cohabitan y conocieron el proyecto “Albal Circular”, que se enclava en este espacio.
La iniciativa, impulsada por la asociación “Del camp a la taula”, en colaboración con el consistorio, convierte los residuos orgánicos en compost para alimentar zonas verdes municipales. In situ, el presidente del colectivo y asesor medioambiental del instituto, David Chiralt, les explicó en qué consistía e hizo balance. Desde su puesta el pasado octubre, más de 45 familias de la localidad, es decir 150 personas junto al colegio San Blas, reciclan la materia orgánica que extraen de las cocinas y, posteriormente, las depositan en los contenedores marrones. Los residuos se trasladan hasta el Bosque Mediterráneo y, una vez compostados, se convierten en alimento para este espacio. En estos siete meses se han recogido más de 3 toneladas de materia orgánica, “el combustible necesario para este gran espacio verde”, afirma orgulloso Chiralt.
Tras la visita al Bosque los alumnos, Escarlet Doblado y Álvaro Martínez han puesto en valor este espacio, “donde además de poner en práctica lo que aprendemos en el aula, podemos respirar aire puro”.